miércoles, 7 de octubre de 2009

Despidiendo a un amigo: Alberto Sánchez Millán (Zaragoza, 1943-2009)

Hoy llevo todo el día pensando. Por la mañana temprano me llegaba la noticia del fallecimiento de Alberto y desde entonces mi mente no ha parado. Sabíamos que esto tenía que llegar, pero no queríamos creer que fuera a suceder ya. Así que, pese al premonitorio dolor de cabeza con el que me he levantado, me he dedicado a pensar. Montones de recuerdos y sentimientos me han venido de golpe. Primero la misma rabia que cuando supe la clase de enfermedad que tenía. Después la impotencia ante una injusticia contra la que nada se puede hacer. Luego los buenos momentos de numerosas cenas compartidas, la última el pasado 26 de septiembre. Finalmente he retrocedido a mi infancia, cuando solamente sabía que me fascinaba el cine. Como ya conté una vez, siempre me ha gustado imaginar que Alberto estaba detrás de las proyecciones de cine cómico, que algunos veranos de los años ochenta pude disfrutar en una de las salas de Ibercaja en la calle San Ignacio de Loyola. Más tarde lo vi haciendo las presentaciones del ciclo El texto iluminado que él mismo coordinaba. Terminé por conocerlo gracias a la creación de la Tertulia Cinematográfica Perdiguer en 1996, a la que me uní ese mismo año mientras todavía era un ingenuo estudiante universitario y donde he hecho amistades inolvidables. Con el tiempo, yo mismo tuve la enorme suerte de dedicarme a organizar actividades cinematográficas. Ahora era Alberto quien asistía a menudo como espectador, pues nunca perdió la curiosidad. Siempre era un lujo su presencia, ya que habitualmente derivaba en una animada charla acompañada de un buen vino y mucho humor, del que jamás prescindió.

Mientras mi cerebro bullía he avisado a otros amigos y conocidos, he acudido al velatorio y me he ido sobreponiendo a la tristeza; a él no le hubiera gustado vernos así. De este modo he ido pasando el día, pensando, recordando, sin saber muy bien cómo encarar este texto de despedida. Su biografía es bien conocida y ya está en otros sitios.

Se ha ido antes de hora uno de los buenos, de los que no hay muchos, de los que dejan un vacío enorme, de los que son necesarios. No era un hombre perfecto, ¿quién lo es?, ni falta que le hacía. Amaba la vida y era un amigo. Hasta siempre, Alberto.

Para quienes no se hayan enterado o anden despistados, el funeral será mañana en la Capilla 1 del Cementerio de Torrero, a las 12:00 horas.

La imagen, una foto ya histórica realizada por Pedro Aguaviva, pertenece al homenaje que desde la Tertulia le preparamos el 19 de enero de 2008. Sentados, de izquierda a derecha: Lázaro A. Venéreo, José María Escriche (desaparecido también) y Ángel S. Garcés, del Festival de Cine de Huesca. De pie, de izquierda a derecha: un servidor, Luis Betrán, Ramón Perdiguer, Alberto Sánchez y Jaime Esaín, de la Tertulia Cinematográfica Perdiguer.

Otras personas y entidades que se despiden de Alberto:
-Alfredo Armada
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Asociación Aragonesa de Amigos del Libro
-Luis Betrán
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Vicky Calavia
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José Luis Cano
-Sergio Casado
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Antón Castro
-De Cetina y chitón
-Javier Delgado
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José Ángel Delgado
-Festival de Cine de Huesca
-Festival de Cine de Sitges
-José Garrido
-Servando Gotor
-Carlos E. Gracia
-
Jornadas de Cine Villa de La Almunia
-Nacho Lasierra
-Julio Marín
-Primo Romero
-Pedro Zapater

Nota: Sus compañeros de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza, han habilitado un blog dedicado a Alberto para todos aquellos que quieran decir algo.

Actualización: Reseñas publicadas en el Diario del Alto Aragón, El Periódico de Aragón y Radio Huesca. El segundo comete un error ya que al homenaje en Fuentes de Ebro no acudió en silla de ruedas sino con bastón, como puede verse en la galería de fotos.

3 comentarios:

Jose Barrena dijo...

Gracias por tus palabras, Toni, un gusto leerlas.

Jose

josefluzo dijo...

Abrazo

Cinegoza dijo...

Hubiera preferido no tener que escribirlas pero la realidad se impone.

Un fuerte abrazo