domingo, 22 de abril de 2007

“El cine poético ucraniano”, ciclo extraordinario del Aula de Cine

Gracias a la presencia de Oleksiy Babych, profesor de la Universidad de Lingüística de Kiev, el Aula de Cine y el Departamento de Historia del Arte han organizado un ciclo extraordinario de cine ucraniano. No estaba previsto en programa pero una ocasión como esta no hay que dejarla pasar. Así, veremos tres películas de épocas diferentes que no se han exhibido mucho y además todas ellas tendrán una presentación previa a cargo de Oleksiy. Reproduzco el texto que éste ha escrito como presentación del ciclo, pues nada mejor que sus palabras: “La historia del cine ucraniano se remonta a principios del siglo XX. Pero en el espacio de una de las más importantes repúblicas de la URSS, adquiere una escala verdaderamente importante a mitad de los años veinte, cuando en Kiev se construye el estudio de cine (entonces decían una ‘fabrica de cine’) más grande de Europa. El régimen soviético necesitaba fuertes medios de propaganda en un territorio en el que la mayor parte de la población todavía se oponía de una forma pasiva o activa a nuevos métodos de organizar la vida. A pesar del objetivo claramente ideológico del nuevo arte dentro de la URSS (basta recordar la famosa réplica de Lenin: ‘El arte más importante para nosotros es el cine’), este joven arte, que entonces apenas tenía treinta años, no siempre se desarrollaba tal como lo definió el partido o el estado. Precisamente, dentro de ese contexto, se puede hablar del cine poético ucraniano. Un cine cuyo valor estético consiguió superar implícitos dogmas ideológicos; un cine que se hizo famoso en muchos festivales del mundo; y lo principal, un cine que mostró a todos la identidad ucraniana y la existencia de ese pueblo numeroso y auténtico dentro de la aglomeración soviética llamada oficialmente ‘La familia de los pueblos’. La misma noción de cine poético supone un cine que pretende narrar una historia por medio de imágenes metafóricas. Por eso, éste tipo de cine más bien tiene por objetivo no narrar ciertos hechos de modo visual sino intentar influir en la sensibilidad del espectador utilizando recursos propios de la poesía. La metáfora es el recurso más frecuente entre ellos. El presente ciclo muestra las películas más significativas dentro de ese paradigma histórico-cultural del cine ucraniano. Naturalmente, existen otros títulos y obras de directores ucranianos que siguen esta tradición.

La Tierra (1930) de Aleksandr Dovzhenko, una fábula sobre la llegada de la vida nueva a una aldea ucraniana; un cuadro que muestra a gente sencilla, cuya vida adquiere significado universal dentro de sus relaciones con el mundo, en un espacio entre la esperanza y el miedo. La resonancia de esta película prevalece en la actualidad y sus valores auténticos permitieron incluirla en 1958 en el listado de doce mejores películas de todos los tiempos.

Las sombras de los antepasados olvidados (1964) de Sergey Paradzhanov, a partir de la novela del escritor ucraniano Mykhaylo Kotsubynsky, lleva al espectador al contexto de las tradiciones y los mitos de una parte del pueblo ucraniano que vive en las montañas de los Cárpatos, en Ucrania occidental. Las imágenes de una vida imposible sin tradición y la banda sonora basada en motivos del folklore, otra vez declararon al mundo la existencia del pueblo ucraniano. Tras recibir primeros premios en distintos festivales del mundo, entre ellos Roma y Mar del Plata, la película estuvo prohibida durante muchos años en la Unión Soviética.

En últimos años el cine ucraniano ha tenido muchas dificultades, pero a pesar de esto el joven director Oles Sanin ha conseguido rodar su visión de un canto popular sobre la huida de tres hermanos ucranianos del cautiverio turco en la Edad Media. Mamay (2003) muestra cómo la tradición cinematográfica se integra dentro de las interpretaciones modernas. En esta película, tras las imágenes se siente un intento de reconciliar las culturas cristiana e islámica que durante siglos coexistieron en Ucrania a veces como aliados, a veces como rivales. También es un intento de investigar el fenómeno trágico del carácter ucraniano por medio de una leyenda popular."

El ciclo tendrá lugar en el Salón de Actos de la Biblioteca María Moliner (nueva biblioteca de Filosofía y Letras), en el campus de la Plaza San Francisco y con entrada libre.

Programa:
24/04 La tierra de Aleksandr Dovzhenko. 70 min. 1930 20:00 horas
26/04 Las sombras de los antepasados olvidados de Sergey Paradzhanov. 90 min. 1964. 19.00 horas
02/05 Mamay de Oles Sanin. 80 min. 2003. 19:00 horas

2 comentarios:

Oswaldo dijo...

Recomiendo vivamente la peli de Paradjanov. Aunque esta no la he visto (todavía), hace unos años pude ver El color de las Granadas, del mismo director y fue una experiencia bastante psicotrónica. Es un director inclasificable, que mezcla el sabor autóctono de su lugar de origen (lleno de tradiciones y colores) con una puesta en escena pictórica y gélida a un tiempo. Quizás no va a ser para todos los públicos, pero seguro que será muy interesante.

Saludos, Toni

Cinegoza dijo...

Hagan caso a Oswaldo, que sabe un rato de lo que habla. Hay muchos motivos para ello: Desde la rareza que supone ver una película de Paradzhanov en nuestra ciudad, como de prácticamente cualquier director que se salga de lo "convencional" (ahí están los casos de Aleksandr Sokurov o de Apichatpong Weerasethakul), hasta el hecho de ver un cine distinto al que más acostumbrado se está por los estrenos semanales. Exploren como los viajeros a través del cine.

Saludos