El empuje del cine asiático más allá de sus fronteras es una realidad constatada día a día. Aumenta su participación en festivales y las revistas especializadas le dedican mucha atención. En nuestro país se ha consolidado el Barcelona Asian Film Festival (BAFF) como una cita imprescindible que este año llega a su novena edición, y ha nacido la revista Cine Asia dedicada exclusivamente a las cinematografías orientales. Hay espectadores ansiosos por ver sus propuestas mientras otros huyen despavoridos; críticos rendidos ante sus excelencias y otros que solamente creen que es una moda. Lo cierto es que la oferta ha aumentado y ya no sólo se trata de Japón o China sino que países como Corea del Sur, India o Tailandia se han incorporado de manera muy fuerte. Sin embargo, la distribución comercial de sus filmes sigue siendo escasa, vinculada sobre todo a ciudades como Barcelona o Madrid y en numerosas ocasiones a circuitos independientes o alternativos. Como es lógico, el Aula de Cine no podía permanecer ajena a este movimiento que forma parte de la historia del cine actual y este año, tras los ciclos dedicados a Japón, China y Corea del Sur, se centra en Tailandia.
La cinematografía tailandesa apenas se conoce, como muchas otras no sólo asiáticas, pese a los aproximadamente cuatro mil títulos que la forman remontándonos a los años veinte y hasta hoy. Eso sí, con una industria dedicada casi exclusivamente al mercado interior y que no alcanza cierta estabilidad hasta las décadas de los cincuenta y sesenta. Va a ser a partir de 1997 cuando el cine tailandés conozca un resurgir que traspasa su territorio. Tres hitos marcan ese año: la celebración de su centenario del cine, la incorporación al cine comercial de directores procedentes de la publicidad y la aparición de un cine alternativo. Todo ello en el marco de una grave crisis económica que, entre otras cosas, incidirá en la producción: de las 30 películas de 1997 se baja a solamente 9 en 2000.
En ese año de inflexión van a debutar tres directores del campo publicitario que se revelan como muy importantes en la cinematografía tailandesa. Se trata de Penek Ratanaruang (1962) con Fun Bar Karaoke (Fan ba karaoke), título que se exhibe en el Festival de Berlín después de unos diez años sin suceder este hecho; Nonzee Nimibutr (1962) con Dang Bireley and the Young Gangsters (2499 antapan krong muang), que bate los récords de taquilla del país de todos los tiempos; y el nacido en Hong Kong Oxide Pang (1965) con Who is Running? (Ta fa likit). Por supuesto, el circuito alternativo creado a partir de festivales también es muy importante.
Otro hecho a destacar sucede en 2001: el debut de Wisit Sasanatieng (1964) con Las lágrimas del Tigre Negro (Fah talai jone) es seleccionado para formar parte de la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes, donde tiene un gran éxito y consigue ser distribuida internacionalmente (incluso llegó a las pantallas zaragozanas cortesía de los cines Renoir).
Entre ellos, van a convivir realizadores de generaciones anteriores y estéticamente más clásicos, como el Príncipe Chatri Chalerm Yukol (1942), que en esta época realiza La leyenda de Suriyothai (Suriyothai, 2001), o Thanit Jitnukul (1956), que lleva a cabo la épica Bang Rajan (Bangrajan, 2000), con directores más radicales y personales como Apichatpong Weerasethakul (1970), quien ya sorprende con su opera prima en el largo Mysterious Object at Noon (Dokfa nai meuman, 2000). Estos y otros nombres consiguen que en la actualidad el cine tailandés posea una gran variedad de temas y estilos.
A grandes rasgos este el contexto objeto del ciclo, un panorama, breve pero intenso, sobre el cine tailandés contemporáneo a través de algunos de sus protagonistas más destacados, mostrando además títulos inéditos en la ciudad.
Las sesiones tendrán lugar en el Salón de Actos de la Biblioteca María Moliner (nueva biblioteca de Filosofía y Letras en el campus de la plaza San Francisco), a partir de las 19:00 horas y con entrada libre, comenzando mañana día 16.
El ciclo completo:
16/04 Muerte en Bangkok de Oxide y Danny Pang. 105 min. 1999, Tailandia
17/04 Nang Nak. La esposa fantasma de Nonzee Nimibutr. 97 min. 1999, Tailandia
18/04 Seis nueve de Penek Ratanaruang. 115 min. 1999, Tailandia
19/04 Bang Rajan de Tanit Jitnukul. 120 min. 2000, Tailandia
20/04 La obertura de Ittisoontorn Vichailak. 101 min. 2004, Tailandia
25/04 Citizen Dog de Wisit Sasanatieng. 94 min. 2004, Tailandia
30/04 Tropical Malady de Apichatpong Weerasethakul. 114 min. 2004, Tailandia-Francia-Alemania-Italia
Más información aquí
La cinematografía tailandesa apenas se conoce, como muchas otras no sólo asiáticas, pese a los aproximadamente cuatro mil títulos que la forman remontándonos a los años veinte y hasta hoy. Eso sí, con una industria dedicada casi exclusivamente al mercado interior y que no alcanza cierta estabilidad hasta las décadas de los cincuenta y sesenta. Va a ser a partir de 1997 cuando el cine tailandés conozca un resurgir que traspasa su territorio. Tres hitos marcan ese año: la celebración de su centenario del cine, la incorporación al cine comercial de directores procedentes de la publicidad y la aparición de un cine alternativo. Todo ello en el marco de una grave crisis económica que, entre otras cosas, incidirá en la producción: de las 30 películas de 1997 se baja a solamente 9 en 2000.
En ese año de inflexión van a debutar tres directores del campo publicitario que se revelan como muy importantes en la cinematografía tailandesa. Se trata de Penek Ratanaruang (1962) con Fun Bar Karaoke (Fan ba karaoke), título que se exhibe en el Festival de Berlín después de unos diez años sin suceder este hecho; Nonzee Nimibutr (1962) con Dang Bireley and the Young Gangsters (2499 antapan krong muang), que bate los récords de taquilla del país de todos los tiempos; y el nacido en Hong Kong Oxide Pang (1965) con Who is Running? (Ta fa likit). Por supuesto, el circuito alternativo creado a partir de festivales también es muy importante.
Otro hecho a destacar sucede en 2001: el debut de Wisit Sasanatieng (1964) con Las lágrimas del Tigre Negro (Fah talai jone) es seleccionado para formar parte de la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes, donde tiene un gran éxito y consigue ser distribuida internacionalmente (incluso llegó a las pantallas zaragozanas cortesía de los cines Renoir).
Entre ellos, van a convivir realizadores de generaciones anteriores y estéticamente más clásicos, como el Príncipe Chatri Chalerm Yukol (1942), que en esta época realiza La leyenda de Suriyothai (Suriyothai, 2001), o Thanit Jitnukul (1956), que lleva a cabo la épica Bang Rajan (Bangrajan, 2000), con directores más radicales y personales como Apichatpong Weerasethakul (1970), quien ya sorprende con su opera prima en el largo Mysterious Object at Noon (Dokfa nai meuman, 2000). Estos y otros nombres consiguen que en la actualidad el cine tailandés posea una gran variedad de temas y estilos.
A grandes rasgos este el contexto objeto del ciclo, un panorama, breve pero intenso, sobre el cine tailandés contemporáneo a través de algunos de sus protagonistas más destacados, mostrando además títulos inéditos en la ciudad.
Las sesiones tendrán lugar en el Salón de Actos de la Biblioteca María Moliner (nueva biblioteca de Filosofía y Letras en el campus de la plaza San Francisco), a partir de las 19:00 horas y con entrada libre, comenzando mañana día 16.
El ciclo completo:
16/04 Muerte en Bangkok de Oxide y Danny Pang. 105 min. 1999, Tailandia
17/04 Nang Nak. La esposa fantasma de Nonzee Nimibutr. 97 min. 1999, Tailandia
18/04 Seis nueve de Penek Ratanaruang. 115 min. 1999, Tailandia
19/04 Bang Rajan de Tanit Jitnukul. 120 min. 2000, Tailandia
20/04 La obertura de Ittisoontorn Vichailak. 101 min. 2004, Tailandia
25/04 Citizen Dog de Wisit Sasanatieng. 94 min. 2004, Tailandia
30/04 Tropical Malady de Apichatpong Weerasethakul. 114 min. 2004, Tailandia-Francia-Alemania-Italia
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2 comentarios:
Como te digo todos los años, enhorabuena Toni. Es necesario que alguien se preocupe de dar a conocer cinematografías desconocidas (y cada vez más interesantes) en nuestra pequeña ciudad. Los circuitos de distribución estandar parece que todavía no se han enterado de las cosas que se están haciendo en China (Continental (y estos vienen pisando muy pero que muy fuerte), Hong Kong y Taiwan), Corea del Sur (que está empezando a ponerse de moda), Singapur (quedense con el nombre de Eric Khoo, que dentro de poco les empezará a sonar), Malasia, Japón (hay vida más alla de Kitano o de Miyazaki) o tu homenajeada de este año, Tailandia.
Sin ir más lejos se puede comentar que actualmente uno de los niños mimados de la crítica europea más especializada es el inclito Apitchapong Weerasathakul, del cual programas la delirante (y excelente, por otra parte) Tropical Malady.
Gracias por el aire fresco. (Intentaré pasarme a volver a ver alguna de las que proyectas... sobre todo me gustaría ver la reacción del público ante una propuesta tan arriesgada como Tropical... je je je
Como siempre, muchas gracias por tu comentario, en el que además das información para el interesado. Desde luego los ciclos de cine asiático tienen larga vida asegurada... mientras esté en el Aula de Cine y las salas comerciales no nos traigan estas cinematografías (aunque para verlas dobladas casi mejor que nos dejen a los circuitos alternativos).
Abrazos
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