Esta tarde los cines Renoir inician las proyecciones del nuevo título que a lo largo de los jueves de febrero ofrecerán en versión original subtitulada. En esta ocasión podrá verse la producción rumana Historias de la edad de oro (Amintiri din Epoca de Aur, 2009), película de episodios dirigida por Cristian Mungiu, Ioana Uricaru, Hanno Höfer, Razvan Marculescu y Constantin Popescu, que se estrenó el 17 de diciembre del año pasado aunque no en Zaragoza. Los segmentos del film son La leyenda de la inspección del activista, La leyenda del fotógrafo oficial, La leyenda del instructor político entusiasta, La leyenda del transportista de gallinas, La leyenda del policía avaricioso y La leyenda de los vendedores de aire. Los últimos quince años del régimen de Ceausescu fueron los peores de la historia de Rumanía. Sin embargo, la maquinaria propagandística de la época se refiere indefectiblemente a aquel periodo como a “la edad de oro”. Se trata de una adaptación para la gran pantalla de las leyendas urbanas más famosas de aquella época, en la que abundaban las historias cómicas, absurdas y sorprendentes, inspiradas en los acontecimientos surrealistas de la vida cotidiana bajo el régimen comunista.
El guión es de Cristian Mungiu, autor de 4 meses, 3 semanas, 2 días (4 luni, 3 saptamani si 2 zile, 2007) quien señala que “la película se propone ofrecer una visión subjetiva y anticonformista de la Rumanía de los últimos años del comunismo a través de sus leyendas urbanas, desde el punto de vista de la gente común. Para los rumanos, esas leyendas urbanas son historias verdaderas que han ido transmitiéndose boca a boca. Eran el asunto principal de los chismes y discusiones durante las largas colas para conseguir comida. El proyecto recrea la época de nuestra juventud durante los años ochenta de forma nostálgica y evocadora, a través de la música, el lenguaje, los objetos y los estereotipos de aquellos tiempos. El filme ofrece una visión de la supervivencia de una nación que tiene que afrontar cada día la lógica particular de la dictadura, revelando los aspectos cómicos de un régimen totalitario que se toma demasiado en serio”.
Según Mungiu “después de una proyección de 4 meses, 3 semanas y 2 días, un espectador me dijo que tenía la sensación de que estábamos haciendo películas destinadas cada vez más a los Festivales que al público y me preguntó si podíamos hacer que eso cambiara. Le dije que sí. Decidí pues abrir el resto del proyecto a varios directores rumanos, cineastas que tuvieran los años suficientes como para recordar el periodo en cuestión. Elegí las historias, escribí los guiones, me impliqué en la elección del reparto y en el montaje, me aseguré de que al final lográramos hacer una película con cierta coherencia, pero dejando a cada director con la libertad suficiente como para que empleara su propio lenguaje cinematográfico. En las colas, durante los años del comunismo, no se sabía nunca lo que se iba a obtener al final, así que trasladamos este principio de incertidumbre a la película: según las proyecciones, presentaríamos una combinación distinta de episodios, de modo que si hablabas con alguien que hubiera visto un episodio distinto podías imaginarte lo que sentíamos en aquellas colas. En mi opinión, la película refleja el estilo de las películas italianas de los años sesenta y setenta: directas y divertidas, recuperando el cine como arte popular”.
Sinopsis: Antes de las visitas de Ceausescu, los alcaldes de los pueblos tienen que esforzarse para que sus localidades destaquen y seguir también las órdenes más extravagantes de los activistas más energúmenos del Partido que hacen la inspección previa a la vista oficial. De acuerdo con las reglas internas del Partido Comunista, en las imágenes públicas, el presidente Ceausescu no puede quitarse el sombrero ante los representantes del corrompido mundo capitalista, incluido el presidente Giscard d'Estaing. Los comunistas pretendían haber exterminado el analfabetismo en la nueva sociedad, de forma que muchas personas obtenían su diploma sin haber asistido con regularidad a la escuela. En el tercer episodio, un entusiasta instructor político decide luchar contra el analfabetismo en un pueblo perdido. En el siguiente, un transportista de gallinas decide por primera vez abrir su camión sellado y descubre un vínculo entre los huevos, la Pascua y el amor conyugal. Un policía recibe como regalo de Navidad un cerdo vivo y decide que envenenarlo con gas es el mejor método para matarlo silenciosamente sin que lo adviertan sus vecinos y no tener que compartir con ellos semejante manjar. En la Rumanía de los años ochenta, Bughi y Crina se dedican a embaucar a la gente haciéndoles creer que toman muestras de aire para quedarse con las botellas de vidrio de los vecinos y venderlas.
Historias de la edad de oro podrá verse en los Cines Renoir (C/ Luis Bermejo, s/n), durante los jueves de febrero, en sesiones de 16:15, 19:00 y 22:00 horas y a precio reducido (4,70 Euros la entrada normal y 3 Euros para los socios del Club Renoir).
El guión es de Cristian Mungiu, autor de 4 meses, 3 semanas, 2 días (4 luni, 3 saptamani si 2 zile, 2007) quien señala que “la película se propone ofrecer una visión subjetiva y anticonformista de la Rumanía de los últimos años del comunismo a través de sus leyendas urbanas, desde el punto de vista de la gente común. Para los rumanos, esas leyendas urbanas son historias verdaderas que han ido transmitiéndose boca a boca. Eran el asunto principal de los chismes y discusiones durante las largas colas para conseguir comida. El proyecto recrea la época de nuestra juventud durante los años ochenta de forma nostálgica y evocadora, a través de la música, el lenguaje, los objetos y los estereotipos de aquellos tiempos. El filme ofrece una visión de la supervivencia de una nación que tiene que afrontar cada día la lógica particular de la dictadura, revelando los aspectos cómicos de un régimen totalitario que se toma demasiado en serio”.
Según Mungiu “después de una proyección de 4 meses, 3 semanas y 2 días, un espectador me dijo que tenía la sensación de que estábamos haciendo películas destinadas cada vez más a los Festivales que al público y me preguntó si podíamos hacer que eso cambiara. Le dije que sí. Decidí pues abrir el resto del proyecto a varios directores rumanos, cineastas que tuvieran los años suficientes como para recordar el periodo en cuestión. Elegí las historias, escribí los guiones, me impliqué en la elección del reparto y en el montaje, me aseguré de que al final lográramos hacer una película con cierta coherencia, pero dejando a cada director con la libertad suficiente como para que empleara su propio lenguaje cinematográfico. En las colas, durante los años del comunismo, no se sabía nunca lo que se iba a obtener al final, así que trasladamos este principio de incertidumbre a la película: según las proyecciones, presentaríamos una combinación distinta de episodios, de modo que si hablabas con alguien que hubiera visto un episodio distinto podías imaginarte lo que sentíamos en aquellas colas. En mi opinión, la película refleja el estilo de las películas italianas de los años sesenta y setenta: directas y divertidas, recuperando el cine como arte popular”.
Sinopsis: Antes de las visitas de Ceausescu, los alcaldes de los pueblos tienen que esforzarse para que sus localidades destaquen y seguir también las órdenes más extravagantes de los activistas más energúmenos del Partido que hacen la inspección previa a la vista oficial. De acuerdo con las reglas internas del Partido Comunista, en las imágenes públicas, el presidente Ceausescu no puede quitarse el sombrero ante los representantes del corrompido mundo capitalista, incluido el presidente Giscard d'Estaing. Los comunistas pretendían haber exterminado el analfabetismo en la nueva sociedad, de forma que muchas personas obtenían su diploma sin haber asistido con regularidad a la escuela. En el tercer episodio, un entusiasta instructor político decide luchar contra el analfabetismo en un pueblo perdido. En el siguiente, un transportista de gallinas decide por primera vez abrir su camión sellado y descubre un vínculo entre los huevos, la Pascua y el amor conyugal. Un policía recibe como regalo de Navidad un cerdo vivo y decide que envenenarlo con gas es el mejor método para matarlo silenciosamente sin que lo adviertan sus vecinos y no tener que compartir con ellos semejante manjar. En la Rumanía de los años ochenta, Bughi y Crina se dedican a embaucar a la gente haciéndoles creer que toman muestras de aire para quedarse con las botellas de vidrio de los vecinos y venderlas.
Historias de la edad de oro podrá verse en los Cines Renoir (C/ Luis Bermejo, s/n), durante los jueves de febrero, en sesiones de 16:15, 19:00 y 22:00 horas y a precio reducido (4,70 Euros la entrada normal y 3 Euros para los socios del Club Renoir).
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