Mañana comienza un ciclo extraordinario del Aula de Cine que viene a reforzar la programación cinematográfica de un mes muy nutrido. Se trata de la continuación de la muestra Cine alemán del siglo XXI que se inició el año pasado. Dada la buena acogida que tuvo en aquella ocasión, el Aula de Cine ha vuelto a colaborar con la Asociación Aragonesa de Germanistas y Profesores de Aragón para presentar un ciclo muy atractivo que este año ofrece títulos inéditos o apenas vistos en Zaragoza. Os dejo con la presentación de Daniel F. Hübner.
“El año 2008 ha supuesto la confirmación de que el éxito del cine alemán -o en lengua alemana- más reciente no es un fenómeno pasajero. El Oscar a la mejor película en habla no inglesa logrado por Los falsificadores (Die Fälscher, Stefan Ruzowitzky, 2007), una coproducción austriaca y alemana, no sólo se suma a los obtenidos en 2002 y 2006 por Un lugar en África (Nirgendwo in Afrika, Caroline Link, 2001) y La vida de los otros (Das Leben der Anderen, Florian Henckel von Donnersmarck, 2006), sino que se enmarca en un contexto de creciente presencia de la filmografía alemana tanto en las selecciones y listas de premios de certámenes internacionales, como en las salas de cine de muchos países. Toda una generación de cineastas, encabezada por directores como Akin, Link o von Donnersmarck, reivindica que el éxito comercial y de crítica no están reñidos, convirtiendo de paso el cine alemán en uno de los principales instrumentos de difusión cultural del país.
En España, desde el éxito de Good bye, Lenin! (Good Bye Lenin!, Wolfgang Becker, 2003) en 2003, la presencia del cine alemán en las salas comerciales también se ha visto reforzada y películas como El hundimiento (Der Untergang, Oliver Hirschbiegel, 2004) en 2005, El perfume (Perfume: The Story of a Murderer, Tom Tykwer, 2006) en 2006 o La vida de los otros en 2007, han ocupado los primeros lugares de las listas de películas europeas exhibidas en nuestro país. Por su parte, esta nueva panorámica del cine alemán de la primera década de nuestro siglo ofrece la posibilidad de disfrutar de un conjunto de películas que, pese a su interés, no llegaron a estrenarse comercialmente en Zaragoza o, al menos, no en su lengua original.
Las cinco películas de este ciclo indagan todas ellas en las crisis y conflictos, esperanzas y frustraciones del complejo mundo de las relaciones personales. Sin embargo, esta temática compartida se descompone en un prisma de situaciones, personajes, contextos sociales y lenguajes cinematográficos de extraordinaria variedad. Así, por ejemplo, la búsqueda de identidad, la necesidad de aceptación de los jóvenes protagonistas de las películas Tormenta de verano (Sommersturm, 2004) de Marco Kreuzpaintner y ¡Hay que ser duro! (Knallhart, 2006) de Detlev Buck no puede ser más dispar. La primera aborda con naturalidad no exenta de humor la homosexualidad adolescente en el entorno casi idílico de un campamento de verano en Baviera. En cambio, la segunda muestra con crudo realismo la búsqueda del quinceañero Michael de una relación familiar sustitutiva en el ambiente multicultural de marginación y delincuencia del barrio berlinés de Neukölln; argumento que desencadenó una notable controversia sociopolítica por la aparente estigmatización de dicho barrio.
De signo muy distinto fue el agitado debate suscitado por La noche canta sus canciones (Die Nacht singt ihre Lieder, 2004) de Romuald Karmakar, cuya disección de la crisis matrimonial de la pareja protagonista dividió a los críticos por su deliberada teatralidad y su rigor formal. La película se sitúa en las antípodas del naturalismo cinematográfico que constituye una de las tendencias dominantes del reciente cine alemán, aquí representado por el sorprendente drama sentimental de Valeska Grisebach Nostalgia (Sehnsucht, 2006), que interpretan de forma brillante un elenco de actores en su mayoría no profesionales. Ambas películas, así como Las partículas elementales (Elementarteilchen, 2006) de Oskar Roehler, adaptación de la polémica novela de Michel Houellebecq con la que se cierra el ciclo, coinciden no sólo en centrar su atención en las crisis de pareja, en la insatisfacción sentimental y sexual de los protagonistas y en subrayar la mayor fortaleza e iniciativa de las mujeres en este tipo de situaciones; estos títulos nos ofrecen asimismo la oportunidad de disfrutar del trabajo de algunos de los actores y actrices que también son responsables del renovado interés que suscita el cine alemán dentro y fuera de sus fronteras.”
Todas las proyecciones serán en el Salón de Actos de la Biblioteca María Moliner de la Universidad de Zaragoza (Campus de San Francisco), a partir de las 19:00 horas y con entrada libre.
El ciclo completo
13/02 La noche canta sus canciones de Romuald Karmakar. 95 min. 2004, Alemania
18/02 Tormenta de verano de Marco Kreuzpaintner. 98 min. 2004, Alemania
20/02 ¡Hay que ser duro! de Detlev Buck. 98 min. 2006, Alemania
24/02 Nostalgia de Valeska Grisebach. 88 min. 2006, Alemania
25/02 Las partículas elementales de Oskar Roehler. 113 min. 2006, Alemania
Más información sobre el ciclo entrando aquí.
“El año 2008 ha supuesto la confirmación de que el éxito del cine alemán -o en lengua alemana- más reciente no es un fenómeno pasajero. El Oscar a la mejor película en habla no inglesa logrado por Los falsificadores (Die Fälscher, Stefan Ruzowitzky, 2007), una coproducción austriaca y alemana, no sólo se suma a los obtenidos en 2002 y 2006 por Un lugar en África (Nirgendwo in Afrika, Caroline Link, 2001) y La vida de los otros (Das Leben der Anderen, Florian Henckel von Donnersmarck, 2006), sino que se enmarca en un contexto de creciente presencia de la filmografía alemana tanto en las selecciones y listas de premios de certámenes internacionales, como en las salas de cine de muchos países. Toda una generación de cineastas, encabezada por directores como Akin, Link o von Donnersmarck, reivindica que el éxito comercial y de crítica no están reñidos, convirtiendo de paso el cine alemán en uno de los principales instrumentos de difusión cultural del país.
En España, desde el éxito de Good bye, Lenin! (Good Bye Lenin!, Wolfgang Becker, 2003) en 2003, la presencia del cine alemán en las salas comerciales también se ha visto reforzada y películas como El hundimiento (Der Untergang, Oliver Hirschbiegel, 2004) en 2005, El perfume (Perfume: The Story of a Murderer, Tom Tykwer, 2006) en 2006 o La vida de los otros en 2007, han ocupado los primeros lugares de las listas de películas europeas exhibidas en nuestro país. Por su parte, esta nueva panorámica del cine alemán de la primera década de nuestro siglo ofrece la posibilidad de disfrutar de un conjunto de películas que, pese a su interés, no llegaron a estrenarse comercialmente en Zaragoza o, al menos, no en su lengua original.
Las cinco películas de este ciclo indagan todas ellas en las crisis y conflictos, esperanzas y frustraciones del complejo mundo de las relaciones personales. Sin embargo, esta temática compartida se descompone en un prisma de situaciones, personajes, contextos sociales y lenguajes cinematográficos de extraordinaria variedad. Así, por ejemplo, la búsqueda de identidad, la necesidad de aceptación de los jóvenes protagonistas de las películas Tormenta de verano (Sommersturm, 2004) de Marco Kreuzpaintner y ¡Hay que ser duro! (Knallhart, 2006) de Detlev Buck no puede ser más dispar. La primera aborda con naturalidad no exenta de humor la homosexualidad adolescente en el entorno casi idílico de un campamento de verano en Baviera. En cambio, la segunda muestra con crudo realismo la búsqueda del quinceañero Michael de una relación familiar sustitutiva en el ambiente multicultural de marginación y delincuencia del barrio berlinés de Neukölln; argumento que desencadenó una notable controversia sociopolítica por la aparente estigmatización de dicho barrio.
De signo muy distinto fue el agitado debate suscitado por La noche canta sus canciones (Die Nacht singt ihre Lieder, 2004) de Romuald Karmakar, cuya disección de la crisis matrimonial de la pareja protagonista dividió a los críticos por su deliberada teatralidad y su rigor formal. La película se sitúa en las antípodas del naturalismo cinematográfico que constituye una de las tendencias dominantes del reciente cine alemán, aquí representado por el sorprendente drama sentimental de Valeska Grisebach Nostalgia (Sehnsucht, 2006), que interpretan de forma brillante un elenco de actores en su mayoría no profesionales. Ambas películas, así como Las partículas elementales (Elementarteilchen, 2006) de Oskar Roehler, adaptación de la polémica novela de Michel Houellebecq con la que se cierra el ciclo, coinciden no sólo en centrar su atención en las crisis de pareja, en la insatisfacción sentimental y sexual de los protagonistas y en subrayar la mayor fortaleza e iniciativa de las mujeres en este tipo de situaciones; estos títulos nos ofrecen asimismo la oportunidad de disfrutar del trabajo de algunos de los actores y actrices que también son responsables del renovado interés que suscita el cine alemán dentro y fuera de sus fronteras.”
Todas las proyecciones serán en el Salón de Actos de la Biblioteca María Moliner de la Universidad de Zaragoza (Campus de San Francisco), a partir de las 19:00 horas y con entrada libre.
El ciclo completo
13/02 La noche canta sus canciones de Romuald Karmakar. 95 min. 2004, Alemania
18/02 Tormenta de verano de Marco Kreuzpaintner. 98 min. 2004, Alemania
20/02 ¡Hay que ser duro! de Detlev Buck. 98 min. 2006, Alemania
24/02 Nostalgia de Valeska Grisebach. 88 min. 2006, Alemania
25/02 Las partículas elementales de Oskar Roehler. 113 min. 2006, Alemania
Más información sobre el ciclo entrando aquí.
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