Hoy han tenido lugar los estrenos semanales, como todos los viernes salvo que se adelanten por alguna festividad. Hasta aquí todo normal. Lo preocupante comienza cuando ves que de las 12 películas que han llegado a la cartelera nacional, en nuestra ciudad sólo aparecen 3. Por supuesto todas norteamericanas. No es algo extraordinario, de ahí la tristeza que siento. Todas las semanas nos solemos quedar sin alguna novedad que en el mejor de los casos llega alguna semana después o es recuperada por el circuito alternativo. Lo peor viene al saber que uno de esos 9 títulos está firmado por Hou Hsiao Hsien, uno de los directores más importantes del cine asiático desde hace varios años. O que otro es el ganador del Oscar el Mejor Documental en la última edición de estos premios. Evidentemente poco importa en nuestro pueblo. Al fin y al cabo estamos hablando de ese cine que tan sólo vemos cuatro chalados que no merece la pena considerar. Quizá aún más grave es que la película de la que todos están hablando en los últimos meses y que incluso ha tenido una pequeña –en comparación con las grandes producciones de Hollywood– campaña en lo medios de comunicación, tampoco se haya estrenado en la fecha anunciada, pese a las 46 pantallas comerciales que tenemos. Hablo de la extraordinaria producción sueca Déjame entrar (Låt den rätte komma in, Tomas Alfredson, 2008). Un film fantástico en todos los sentidos que pone a Crepúsculo (Twilight, Catherine Hardwicke, 2008) en su sitio, es decir, la más absoluta de las nadas (para lo cual tampoco hacía falta mucho). Confieso que creí que la iban a estrenar. Iluso de mí. Y pretenden que Zaragoza sea capital europea de la cultura. Una más de nuestra querida urbe, que por muchas expos que hagan todavía no es capaz de dejar atrás su imagen de pueblo grande. Aunque se estrenara la semana próxima, no dejaría de ser un retraso impropio de una ciudad que se pretende moderna, cosmopolita y en profunda transformación. Si a esto sumamos el viejo tema de la inexistencia de versión original, tendremos la verdadera radiografía cultural de la ciudad y lo importante que es el cine en su vida cotidiana. También Pedro Zapater se hace eco en su blog. Para los que os quedáis con las ganas de verla (haced lo posible por conseguirla), ahí va la crítica de Perro Feroz Amarillo y el tráiler.
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9 comentarios:
Tienes toda la razón, una pena lo del cine en esta ciudad, ¡hay que irse a Madrid o Barcelona! ¿por quéeee? lo de la V.O, a mí eso me rebienta... ¡que no haya ni una sala! sólo lo de los jueves en los renoir o la filmoteca, pero bueno, tal vez algún día... ¿y la de man on wire, la han estrenado? yo no la he visto en la cartelera... esa dudo mucho, ¿no?. uff qué fuerte ¿no? la peli de déjame entrar... es terrorífica, ¿no? ya te contaré si me atrevo a verla...jejejeje ahora leeré la crítica! adeu!
Suena a algo de enfado todo esto, justificado por otra parte. Yo también he sido uno de esos ilusos buscando por internet la sala donde podría ver "Déjame entrar"...
Una pena, como siempre.
Saludos!
Una aiga cinéfila ya la vió hace unos días en un portal de internet.Dice que es una maravilla.A ver si consigo averiguar
dónde.En peliculas yonquis de momento no.Hay otra que es déjate llevar con Antonio Banderas de profesor de unos chicos con problemas de integración y sociabilización...
Y por cierto decepción profunda con La cuestión humana,el estreno de la filmoteca de la semana pasada.Como decía una vieja canciónde Danza invisible sin aliento me quede de lo soporifera que era.
Man on Wire y Déjame entrar. Dos recientes estrenos tan sólo disfrutables en esta provinciana ciudad de una manera: ¡siendo un bucanero de la v.o.! O ganado lo suficiente como para irte a la capital a disfrutarlos, una semana sí y otra también...
Helado me dejas, Toni. Tenía grandes esperanzas puestas en que Déjame Entrar finalmente se estrenase por aquí. Tuve la fortuna de verla en el festival de Sitges y me atrevo a decir que es una de las mejores películas del año pasado. Afortunadamente, puede encontrarse sin problemas en versión original subtitulada buscando un poquito por la red.
Con Man On Wire... tres cuartos de los mismo. Otra excelente película que el público zaragozano se va a perder... en favor de alguna estupidez palomitera.
Menos mal que está Internet para darnos de comer...
PS. Nuria, Déjame Entrar tiene poco de terrorífica (más allá de su marco genérico) y mucho de drama intimista, no te la pierdas por nada. Y a poder ser, of course, en VO.
En Renoir desde el viernes 24/04.
Gracias por vuestros comentarios.
Nuria, sólo te diré que no es una película que de miedo en el concepto clásico. Anímate a verla.
Nacho, por supuesto que estaba enfadado. Que esté acostumbrado a estas desagradables sorpresas no quiere decir que no me indigne sino todo lo contrario.
Jesús, no pude ver "La cuestión humana" pero en cuanto pueda la recuperaré pues para opinar hay que ver.
Agus, afortunado que pudiste escaparte a Sitges y verla en buenas condiciones y temparanamente.
Carlos, efectivamente se puede viajar de diversas maneras. Gracias por el apunte del estreno. Lo había visto esta mañana pero hasta ahora no he podido dar la noticia.
Ya sabéis todos: la película se estrena en los Renoir el próximo viernes. Ahora no falléis y acudid a verla.
Abrazos
Ya sé que no viene a cuento, pero estoy con Jesús en lo de que La Cuestión humana roza lo soporífero en según que momentos (por mucho que los cahieristas argumenten que es una obra maestra). La trama va a pedales, y por mucha reflexión que haya detrás sobre los hijos actuales de una Alemania dolida, es pesada como un plomo.
Aunque claro...esta opinión roza lo personal, no lo objetivo, lo sé. Pero exceptuando momentos muy concretos, o pasajes de la película algo más dinámicos me aburrí como un hongo.
Ya que no se ha hablado mucho en los blogs de esta película, aprovecho este pequeño hueco para hacerlo aquí.
Gracias de nuevo, Nacho.
Como ya he dicho, es una de mis películas pendientes y por tanto no puedo opinar. Sí te diré que también me han llegado comentarios positivos. En cualquier caso la veré pues tiene muchos alicientes, entre ellos la diversidad de opiniones.
Un saludo
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