miércoles, 1 de abril de 2009

Ciclo "Cine filipino contemporáneo" en el Aula de Cine de la Universidad

Mañana comienza el habitual ciclo que durante el mes de abril el Aula de Cine de la Universidad dedica a un país asiático. Las cinematografías asiáticas contemporáneas siguen siendo grandes desconocidas. Pese al creciente interés de muchos aficionados, al trabajo de la crítica especializada y a su presencia en numerosos festivales, la distribución comercial de estas películas es mínima. Y en muchas ocasiones queda reducida al ámbito del circuito alternativo.

Centrándonos en el cine realizado en Filipinas, el protagonista de este curso, una consulta a la base de datos en Internet del Ministerio de Cultura de nuestro país, nos ofrece una cifra de obras pertenecientes a esta nacionalidad que no llega a la veintena. En 1998 el cine filipino produjo un total de 145 filmes. Un saldo elevado que ahonda en el gran desconocimiento que todavía tenemos. De hecho, no hay constancia oficial sobre el estreno de alguno de los títulos realizados ese año.

Nombres como Ishmael Bernal (1938-1996), Lino Brocka (1939-1991), Mel Chionglo (1946) o Mike De Leon (1947), han sido algunos de los directores filipinos más importantes entre los años setenta y noventa. Sin embargo aquí apenas se sabe quiénes son. De todos ellos solamente Chionglo tiene una película exhibida, Midnight Dancers (1994), y se trata del título más reciente registrado en la citada base de datos (estrenado en 1996).

En los últimos años, el desarrollo y mejora de la tecnología digital ha permitido que se incorporen muchos cineastas jóvenes, que ya no dependen de los clásicos productores para llevar a cabo sus proyectos. Una nueva ola que rueda con intensidad, urgencia, empleando frecuentemente la cámara al hombro y con propuestas radicales en ocasiones que no son bien digeridas por todo el público. Encontramos así a directores como Lav Diaz (1958), Jeffrey Jeturian (1959), Brillante Mendoza (1960), Auraeus Solito (1969), Khvan de la Cruz (1973), Adolfo Alix Jr. (1978) o Raya Martin (1984). Algunos de ellos enlazan directamente con el cine planteado por realizadores de las décadas anteriores, como Bernal, Brocka, Chionglo o De Leon. De este modo, la temática homosexual de aquellos sigue estando presente en Mendoza o Solito. Por otro lado los hay con intenciones más vanguardistas y experimentales, sobre todo el jovencísimo Martin, que realizó su primer largo con apenas veinte años, y Diaz, quien ha llevado a cabo filmes con una duración de hasta nueves horas. Muchos de ellos coinciden en que, tras el bache generalizado de los años noventa, por fin empieza a respirarse un clima que está permitiendo despegar al cine filipino.

El ciclo que presenta el Aula de Cine se va a ocupar especialmente de este movimiento de renovación, pero no renuncia a la mirada de directores que se encuentran en la transición generacional, como Gil Portes, o a los más vinculados a las corrientes más puramente comerciales, como Maryo J. De los Reyes (1952). En cualquier caso, películas que no se han estrenado en Zaragoza y que van a permitir acercarnos un poco más al cine realizado en el extenso continente asiático.

Las sesiones tendrán lugar en el Salón de Actos de la biblioteca María Moliner (Campus de San Francisco), a partir de las 19:15 horas y con entrada libre.

El ciclo completo
02/04
Markova de Gil Portes. 97 min. 2000, Filipinas
07/04
El florecimiento de Máximo Oliveros de Auraeus Solito. 100 min. 2005, Filipinas
08/04
El masajista de Brillante Mendoza. 85 min. 2005, Filipinas
22/04
La recaudadora de apuestas de Jeffrey Jeturian. 102 min. 2006, Filipinas
24/04
Una historia de amor de Maryo J. De los Reyes. 117 min. 2007, Filipinas
28/04
Autohystoria de Raya Martin. 95 min. 2007, Filipinas

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